El hecho de ser libres, de poder soñar con lugares mejores que el que nos rodea y de poder actuar en la dirección de estos deseos está íntimamente conectado con nuestra naturaleza utópica. Ésta es, además, la que justifica el hálito de esperanza que siempre permanece en nosotros: por muy injusto y desolador que sea nuestro entorno, siempre hallamos la posibilidad de imaginar y construir uno mejor...
Por que te tengo tan presente en mi…aquel frío y sumiso Invierno, esas caricias sobre mi piel, esa voz que susurraba tu boca y que estremecían mi corazón por momentos, cada lugar... que son recuerdos, ese tacto húmedo y terso en mi rostro por derramar sin querer esas lagrimas que atravesaban el alma por no tenerte cuando mi cuerpo deseaba tu calor. el destino es tan difícil de entender y tan cruel yo aun te espero como siempre en aquella parada de tren y pasan las horas y tu no estas no sabes como duele saber que ya no volverás, aun duele! Tu recuerdo va alimentando la poca esperanza que le queda ha este corazón vacío y al mismo tiempo lleno de sentimientos inundado de un frío polar inmenso.